Para creer observe la incrédulidad del ateo, analice lo escéptico del agnóstico, y para llegar a la verdad acepté la realidad. La existencia de lo inexistente, existe cuando nos sucede, antes nunca jamás. Así somos: escépticos, ateos, incrédulos, agnósticos, descreídos, vanos, ilusos, e irreales. Y luego buscamos respuestas.