Quiero que te detengas, repires y vuelvas a leer la primera línea con total atención. Cuando yo la entendí empecé a dar SALTO CUÁNTICOS.
Yo vivía repitiéndome que no tenía tiempo, que mi vida era un caos, que estaba estancada... y lo peor es que lo decía como si fuera un hecho, no una creencia.
Yo estaba CONVENCIDA de todo eso que reptia sin conciencia.
Y mi cuerpo lo reflejaba, estaba: estresado, agotado, sin energía.
Me encontraba viviendo en automático LITERAL, sin revisar lo que pensaba, sin hacer pausas, sin cuestionar nada. Solo seguía la rutina del día a día.
Y aunque tengo disciplina, el conocimiento, las ganas… nada cambiaba.
Sentirme ESTANCADA, sin avance, me empezó a incomodar y me preguntaba:
Por qué si hago TANTO, no siento que avanzo?
Por qué si estudio todo el tiempo, sigo sin escalar mi neogocio como quiero?
Y ahí empecé a ver que lo que me estaba frenando no era lo que estaba haciendo… era desde el estado mental que lo estaba haciendo, era cómo estaba pensando.
Empecé a trabajar mi mente igual que entrenaba mi cuerpo.
A elegir nuevos pensamientos. A cambiar mis conversaciones internas.
Y también empecé a ser más intencional con quién elijo compartir mi energía y mi tiempo.
Entendí algo muy fuerte: El nivel de conciencia de la persona con la que trabajas importa.
No es lo mismo acompañar a alguien que quiere resultados rápidos, a alguien que entiende que una verdadera transformación y el éxito, llega cuado se persiste. Es un proceso.
Desde ese momento, no hice más…
Aprendí a darme pausas, a revisar qué me estaba diciendo, a cambiar el piloto automático por decisiones con intención.
No todo fue inmediato, pero empecé a sostener hábitos desde un lugar más sano, respirando profundo y haciendo las cosas con amor y calma.
Creyendo en el proceso, asi como le pido a mis clientas que lo hagan. No con la mente clavada en el resultado (eso si que me genera ansiedad).
Y ahí fue cuando las cosas empezaron a moverse: mi cuerpo empezó a responder mejor, mis ideas a fluir, y mi negocio dejó de sentirse como una lucha.
Hoy entiendo que lo más importante no es cuánto sabes, cuántos cursos tomaste o cuántas rutinas haces…
Lo más importante es desde dónde estás actuando. Desde el miedo, desde la urgencia… o desde una mente que ya decidió quién quiere ser.
Estás actuando desde la CERTEZA y CONFIANZA absoluta en ti misma?
CRÉEME, si estás actuando con honestidad, siguiendo el plan; evantualmente lo vas a lograr. (eso si! si no tienes un plan ni una estrategia, primero siéntate a diseñarlo o pide ayuda, porque sin rumbo y sin un paso a paso claro, es como solrar un barco sin timón en alta mar, cualquier destino le sirve)
Naty Arcila
👉🏼 Ningún cambio sostenible empieza con ansiedad.
Empieza con conciencia.
Quiero que te detengas, repires y vuelvas a leer la primera línea con total atención.
Cuando yo la entendí empecé a dar SALTO CUÁNTICOS.
Yo vivía repitiéndome que no tenía tiempo, que mi vida era un caos, que estaba estancada...
y lo peor es que lo decía como si fuera un hecho, no una creencia.
Yo estaba CONVENCIDA de todo eso que reptia sin conciencia.
Y mi cuerpo lo reflejaba, estaba: estresado, agotado, sin energía.
Me encontraba viviendo en automático LITERAL, sin revisar lo que pensaba, sin hacer pausas, sin cuestionar nada. Solo seguía la rutina del día a día.
Y aunque tengo disciplina, el conocimiento, las ganas… nada cambiaba.
Sentirme ESTANCADA, sin avance, me empezó a incomodar y me preguntaba:
Por qué si hago TANTO, no siento que avanzo?
Por qué si estudio todo el tiempo, sigo sin escalar mi neogocio como quiero?
Y ahí empecé a ver que lo que me estaba frenando no era lo que estaba haciendo… era desde el estado mental que lo estaba haciendo, era cómo estaba pensando.
Empecé a trabajar mi mente igual que entrenaba mi cuerpo.
A elegir nuevos pensamientos. A cambiar mis conversaciones internas.
Y también empecé a ser más intencional con quién elijo compartir mi energía y mi tiempo.
Entendí algo muy fuerte: El nivel de conciencia de la persona con la que trabajas importa.
No es lo mismo acompañar a alguien que quiere resultados rápidos, a alguien que entiende que una verdadera transformación y el éxito, llega cuado se persiste. Es un proceso.
Desde ese momento, no hice más…
Aprendí a darme pausas, a revisar qué me estaba diciendo, a cambiar el piloto automático por decisiones con intención.
No todo fue inmediato, pero empecé a sostener hábitos desde un lugar más sano, respirando profundo y haciendo las cosas con amor y calma.
Creyendo en el proceso, asi como le pido a mis clientas que lo hagan. No con la mente clavada en el resultado (eso si que me genera ansiedad).
Y ahí fue cuando las cosas empezaron a moverse: mi cuerpo empezó a responder mejor, mis ideas a fluir, y mi negocio dejó de sentirse como una lucha.
Hoy entiendo que lo más importante no es cuánto sabes, cuántos cursos tomaste o cuántas rutinas haces…
Lo más importante es desde dónde estás actuando.
Desde el miedo, desde la urgencia… o desde una mente que ya decidió quién quiere ser.
Estás actuando desde la CERTEZA y CONFIANZA absoluta en ti misma?
CRÉEME, si estás actuando con honestidad, siguiendo el plan; evantualmente lo vas a lograr.
(eso si! si no tienes un plan ni una estrategia, primero siéntate a diseñarlo o pide ayuda, porque sin rumbo y sin un paso a paso claro, es como solrar un barco sin timón en alta mar, cualquier destino le sirve)
3 months ago (edited) | [YT] | 14