A veces, en la vida, nos pasa algo curioso: avanzamos como quien desciende un río en una balsa.
Nos movemos, sí… pero sin darnos cuenta de qué fuerza real nos está llevando.
En música ocurre algo muy parecido.
Hay una corriente que empuja en una dirección que no siempre comprendemos racionalmente, pero que sentimos, y que acaba decidiendo dónde vamos a caer dentro de la canción.
Da igual si creemos que avanzamos «por inercia»: siempre hay algo marcando el recorrido.
Y casi siempre, esa corriente es más fuerte de lo que parece.
Por eso, lo sensato no es intentar comportarnos como salmones. No lo somos.
Lo verdaderamente inteligente es aprovechar la fuerza que nos lleva y orientar nuestra marcha hacia la desembocadura natural: el acorde de reposo.
Y me doy cuenta, como profesor, de que esto es muy habitual cuando tocamos:
La «tónica dominante» es tocar sin entender que la dominante es la que te lleva, casi siempre, hacia la tónica.
Y sí: a veces forzar la contracorriente también resuelve… aunque sea de manera engañosa.
(Lo de «deceptiva», por cierto, es un calco del inglés deceptive: lo correcto sería «resolución engañosa», aunque lo escuchamos por todas partes).
Si te interesa entender estas corrientes —las visibles y las que no lo son tanto— de una manera clara, útil y entre gente que disfruta de aprender, tengo dos lugares donde seguir explorándolo:
Con mi libro La Escala hacia el Cielo y El Club» El Misterio de la Guitarra, donde lo trabajamos de forma práctica, divertida, con ejemplos a porrillo y entre amigos.
👉 Más información en Enlace en mi perfil y en el comentario fijado
Javier Cabañas —CGM Guitarra
A veces, en la vida, nos pasa algo curioso: avanzamos como quien desciende un río en una balsa.
Nos movemos, sí… pero sin darnos cuenta de qué fuerza real nos está llevando.
En música ocurre algo muy parecido.
Hay una corriente que empuja en una dirección que no siempre comprendemos racionalmente, pero que sentimos, y que acaba decidiendo dónde vamos a caer dentro de la canción.
Da igual si creemos que avanzamos «por inercia»: siempre hay algo marcando el recorrido.
Y casi siempre, esa corriente es más fuerte de lo que parece.
Por eso, lo sensato no es intentar comportarnos como salmones. No lo somos.
Lo verdaderamente inteligente es aprovechar la fuerza que nos lleva y orientar nuestra marcha hacia la desembocadura natural: el acorde de reposo.
Y me doy cuenta, como profesor, de que esto es muy habitual cuando tocamos:
La «tónica dominante» es tocar sin entender que la dominante es la que te lleva, casi siempre, hacia la tónica.
Y sí: a veces forzar la contracorriente también resuelve… aunque sea de manera engañosa.
(Lo de «deceptiva», por cierto, es un calco del inglés deceptive: lo correcto sería «resolución engañosa», aunque lo escuchamos por todas partes).
Si te interesa entender estas corrientes —las visibles y las que no lo son tanto— de una manera clara, útil y entre gente que disfruta de aprender, tengo dos lugares donde seguir explorándolo:
Con mi libro La Escala hacia el Cielo y El Club» El Misterio de la Guitarra, donde lo trabajamos de forma práctica, divertida, con ejemplos a porrillo y entre amigos.
👉 Más información en Enlace en mi perfil y en el comentario fijado
4 days ago | [YT] | 5