Si el zapato te aprieta, no cambies tu pie: cambia de zapato.
No bajes el estándar, cambia el escenario. 👇🏼
Cuando competía en fisiculturismo, creía que si lograba el cuerpo “perfecto” y ganaba medallas, por fin me sentiría realizada.
Lo conseguí… me sentí feliz y orgullosa por mis logros, pero también me sentí vacía, cansada, con un estrés constante y un cuerpo llevado al límite.
No me estaba escuchando. No estaba buscando mi propia aprobación. Me desconecté tanto de mi, que solo quería encajar en los estándares de una compretencia.
En mi negocio me pasó lo mismo. Trataba de complacer a todas, crear rutinas para todas, puse mi deseos y gustos a un lado y volví a desconectarme de mi misma.
Terminé quemada, desconectada de mi y de mi 'clienta ideal' y todo por querer gustarle a TODAS.
Tuve que sentirme DRENADA para entender que no TENGO que gustarle a TODAS.
No tenía que adaptarme a nadie y mucho menos forzarme a encajar con clientas que buscaban soluciones rápidas sin compromiso real.
Nada de eso iba a darme la satisfacción, los resultados ni el crecimiento que de verdad buscaba.
Ahora que soy mas conciente me doy cuenta que no soy la única que pasa por ahí. Lo veo todos los días en otras coaches. Se ponen precios bajos por miedo a que no les compren, aunque ofrezcan un valor enorme.
Eso las mantiene atrapadas en la guerra de precios… cuando en realidad hay clientas dispuestas a pagar alto.
Aceptan clientas que no están listas, que no son su avatar, solo por miedo a quedarse sin trabajo.
Y a la larga, eso trae frustración: No se produce la transformación real…
Y terminan sintiendo que no ayudaron lo suficiente, cuando el problema era que esa persona no estaba decidida a hacer el trabajo.
No bajes el estándar.
Cambia el escenario.
Porque tu valor no está en cuánto te adaptas… sino en cuánto te mantienes fiel a lo que de verdad eres y quieres.
Naty Arcila
Si el zapato te aprieta, no cambies tu pie: cambia de zapato.
No bajes el estándar, cambia el escenario. 👇🏼
Cuando competía en fisiculturismo, creía que si lograba el cuerpo “perfecto” y ganaba medallas, por fin me sentiría realizada.
Lo conseguí… me sentí feliz y orgullosa por mis logros, pero también me sentí vacía, cansada, con un estrés constante y un cuerpo llevado al límite.
No me estaba escuchando.
No estaba buscando mi propia aprobación.
Me desconecté tanto de mi, que solo quería encajar en los estándares de una compretencia.
En mi negocio me pasó lo mismo.
Trataba de complacer a todas, crear rutinas para todas, puse mi deseos y gustos a un lado y volví a desconectarme de mi misma.
Terminé quemada, desconectada de mi y de mi 'clienta ideal' y todo por querer gustarle a TODAS.
Tuve que sentirme DRENADA para entender que no TENGO que gustarle a TODAS.
No tenía que adaptarme a nadie y mucho menos forzarme a encajar con clientas que buscaban soluciones rápidas sin compromiso real.
Nada de eso iba a darme la satisfacción, los resultados ni el crecimiento que de verdad buscaba.
Ahora que soy mas conciente me doy cuenta que no soy la única que pasa por ahí.
Lo veo todos los días en otras coaches.
Se ponen precios bajos por miedo a que no les compren, aunque ofrezcan un valor enorme.
Eso las mantiene atrapadas en la guerra de precios… cuando en realidad hay clientas dispuestas a pagar alto.
Aceptan clientas que no están listas, que no son su avatar, solo por miedo a quedarse sin trabajo.
Y a la larga, eso trae frustración:
No se produce la transformación real…
Y terminan sintiendo que no ayudaron lo suficiente, cuando el problema era que esa persona no estaba decidida a hacer el trabajo.
No bajes el estándar.
Cambia el escenario.
Porque tu valor no está en cuánto te adaptas… sino en cuánto te mantienes fiel a lo que de verdad eres y quieres.
3 months ago | [YT] | 28