CINEFUNCION

Hay rostros que, una vez que los ves, se quedan grabados para siempre en la memoria.

El de Vincent Schiavelli es uno de ellos. Lo recordamos como el inquietante fantasma del metro en "Ghost" (1990), el retorcido organillero en "Batman Returns" (1992) o el letal asesino en una película de James Bond "Tomorrow Never Dies" (1997).

Su apariencia única lo convirtió en el rostro de los malvados de Hollywood, pero la historia del hombre detrás de esa mirada es una de las más inspiradoras y conmovedoras.

Vincent Schiavelli nació con el síndrome de Marfan, un trastorno genético que moldeó su físico distintivo. En un mundo que a menudo te empuja a ser como los demás, él abrazó su singularidad y la convirtió en su arte. Fue descubierto por el legendario director Miloš Forman ("Alguien voló sobre el nido del cuco"), quien vio en su presencia algo magnético y único.

Hollywood lo encasilló, sí, pero él usó ese molde para construir una carrera legendaria, siendo nombrado por Vanity Fair como uno de los mejores actores de personajes de Estados Unidos.

Sin embargo, lo más fascinante de Vincent no solo eran sus personajes, sino su vida fuera de la pantalla. Era un apasionado de sus raíces sicilianas, un talentoso chef y autor de varios libros de cocina, y dedicó parte de su vida a ser portavoz de la Fundación Nacional de Marfan, usando su fama para dar visibilidad y ayudar a otros.

Nos enseñó que no hay que temer a ser diferente, porque es precisamente ahí donde reside nuestro poder.

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4 months ago (edited) | [YT] | 207