El viejo Hammersmith cargó una energía única en los años en que Iron Maiden buscaba abrirse paso. Ese sitio fue un punto de giro en más de un tramo de su historia y dejó marcas que siguen vivas en la memoria de quienes han seguido la ruta de la banda.
En esos días iniciales, cuando todo parecía frágil y a la vez lleno de impulso, Rod Smallwood llegó a Hammersmith para medir a la banda en carne viva. Escuchó el material con una mezcla de sorpresa y curiosidad, y terminó invitándolos a un par de toques, uno de ellos en el Swan, en pleno Hammersmith. Aquellos ensayos del destino fueron claves para que la relación entre el mánager y la banda se afianzara. Incluso hubo un episodio pintoresco: en la segunda ocasión en que Smallwood planeaba verlos, Paul Di’Anno estaba detenido, lo que obligó a Steve Harris a pararse frente al micro y tocar en formato de trío. Esa noche dejó claro que había un fuego ahí que no se apagaba con nada.
Años después, el Hammersmith Odeon presenció un estallido distinto. El 15 de marzo de 1981 la gira Killers cayó sobre ese escenario con tal fuerza que muchos la recuerdan como una fecha casi mítica. Fue parte de su primer recorrido a gran escala por el mundo, un tramo que reventó expectativas y empujó las ventas de la banda más allá del millón por primera vez. Ese ciclo no sólo confirmó que Maiden tenía un sitio propio en el mapa: lo amplió.
Hammersmith también quedó ligado a la necesidad de guardar memoria. Eddie’s Archive, aquel lanzamiento de 2002, recuperó el concierto Beast Over Hammersmith, un registro que muestra a la banda en años donde la identidad aún se estaba templando, desde el debut hasta los tiempos de Piece of Mind. Esos audios y videos son un archivo vivo de un grupo que se abría paso con una mezcla de hambre y visión.
Rulo Ham de "Iron Maiden Fans Internacional"
El viejo Hammersmith cargó una energía única en los años en que Iron Maiden buscaba abrirse paso. Ese sitio fue un punto de giro en más de un tramo de su historia y dejó marcas que siguen vivas en la memoria de quienes han seguido la ruta de la banda.
En esos días iniciales, cuando todo parecía frágil y a la vez lleno de impulso, Rod Smallwood llegó a Hammersmith para medir a la banda en carne viva. Escuchó el material con una mezcla de sorpresa y curiosidad, y terminó invitándolos a un par de toques, uno de ellos en el Swan, en pleno Hammersmith. Aquellos ensayos del destino fueron claves para que la relación entre el mánager y la banda se afianzara. Incluso hubo un episodio pintoresco: en la segunda ocasión en que Smallwood planeaba verlos, Paul Di’Anno estaba detenido, lo que obligó a Steve Harris a pararse frente al micro y tocar en formato de trío. Esa noche dejó claro que había un fuego ahí que no se apagaba con nada.
Años después, el Hammersmith Odeon presenció un estallido distinto. El 15 de marzo de 1981 la gira Killers cayó sobre ese escenario con tal fuerza que muchos la recuerdan como una fecha casi mítica. Fue parte de su primer recorrido a gran escala por el mundo, un tramo que reventó expectativas y empujó las ventas de la banda más allá del millón por primera vez. Ese ciclo no sólo confirmó que Maiden tenía un sitio propio en el mapa: lo amplió.
Hammersmith también quedó ligado a la necesidad de guardar memoria. Eddie’s Archive, aquel lanzamiento de 2002, recuperó el concierto Beast Over Hammersmith, un registro que muestra a la banda en años donde la identidad aún se estaba templando, desde el debut hasta los tiempos de Piece of Mind. Esos audios y videos son un archivo vivo de un grupo que se abría paso con una mezcla de hambre y visión.
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4 days ago | [YT] | 232