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1 month ago | [YT] | 3

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La palabra "porneia" (πορνεία) utilizada por Jesús en Mateo 19:9 es un término griego antiguo que aparece en el Nuevo Testamento y es clave para entender la moralidad sexual en el contexto bíblico.
Aunque a menudo se traduce como "fornicación", su significado es mucho más amplio y abarca una variedad de "actividades sexuales ilícitas" o "inmoralidad sexual". La etimología de la palabra se relaciona con pornē, que significa "prostituta", y el verbo pernēmi, que significa "vender". Esto establece una conexión original con la prostitución, es decir, el acto de venderse para el sexo.
Sin embargo, en los escritos bíblicos y en el griego común de la época, el término se extendió para incluir:
* Fornicación: Relaciones sexuales fuera del matrimonio.
* Adulterio: Infidelidad en el matrimonio.
* Prostitución: Actividad sexual por dinero.
* Idolatría: En un sentido figurado, se usa para describir la infidelidad espiritual de Israel a Dios.
* Relaciones sexuales prohibidas: como el incesto, la homosexualidad y la zoofilia.
En resumen, "porneia" es un término genérico que se refiere a cualquier tipo de relación o acto sexual que no se ajusta a los estándares del matrimonio monógamo. Es una palabra muy inclusiva que los autores del Nuevo Testamento usaban para condenar toda forma de inmoralidad sexual.
Conclusión, el señor Jesucristo dice que el único caso en que puede haber un divorcio es en el caso de haber infidelidad sexual, o inmoralidad sexual, o adulterio

4 months ago | [YT] | 7

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Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy nos adentramos en un tema esencial para nuestra fe y nuestra relación con Dios: la obediencia. En un mundo que a menudo valora la autonomía y la independencia por encima de todo, la idea de la obediencia puede parecer restrictiva o incluso anticuada. Sin embargo, el Nuevo Testamento nos presenta la obediencia no como una carga, sino como un camino de vida que conduce a la libertad, la bendición y una relación más profunda con nuestro Padre celestial.
Cuando hablamos de obediencia en el Nuevo Testamento, no nos referimos a un legalismo ciego o a una lista de reglas frías. Más bien, es una respuesta de amor y confianza a la gracia inmensurable que hemos recibido a través de Jesucristo.
1. La Obediencia de Cristo: Nuestro Máximo Ejemplo
El modelo supremo de obediencia es nuestro Señor Jesucristo mismo. Él, siendo Dios, se despojó de sí mismo y tomó la forma de siervo, "haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz" (Filipenses 2:8). Jesús no vino a hacer su propia voluntad, sino la voluntad del Padre que le envió. En Getsemaní, en su agonía, oró: "Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lucas 22:42).
La obediencia de Jesús no fue forzada; fue una expresión de amor profundo por su Padre y por nosotros. Su obediencia nos abrió el camino a la salvación y nos mostró que la verdadera grandeza se encuentra en la sumisión a la voluntad divina.
2. La Obediencia como Fruto del Amor
En el Nuevo Testamento, la obediencia está intrínsecamente ligada al amor. Jesús lo dejó claro cuando dijo: "Si me amáis, guardad mis mandamientos" (Juan 14:15). Y también: "El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él" (Juan 14:21).
La obediencia no es un requisito para ganar el amor de Dios; es una respuesta natural a ese amor que ya hemos recibido. Si verdaderamente amamos a Dios, desearemos agradarle y vivir de una manera que honre su nombre. Es el deseo de un hijo de complacer a un padre amado.
3. La Obediencia a la Palabra de Dios
El Nuevo Testamento nos llama constantemente a obedecer la Palabra de Dios. No solo a escucharla, sino a ponerla en práctica. Santiago 1:22 nos advierte: "Sed hacedores de la palabra, y no solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos." Escuchar la Palabra sin obedecerla es como mirar nuestro rostro en un espejo y luego irnos y olvidar cómo éramos.
La Palabra de Dios es una guía, una lámpara para nuestros pies y una luz para nuestro camino. Obedecerla significa alinear nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestras acciones con lo que Dios ha revelado como bueno, justo y verdadero.
4. Las Bendiciones de la Obediencia
El Nuevo Testamento también nos revela que la obediencia no es en vano. Aunque nuestra motivación principal sea el amor, la obediencia trae consigo bendiciones.
* Paz y gozo: "Y esta es nuestra confianza, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho" (1 Juan 5:14-15).
* Vida Abundante: Jesús dijo: "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (Juan 10:10). Esta vida abundante se experimenta al caminar en obediencia a sus principios.
* Crecer en Santidad: A medida que obedecemos, somos transformados a la imagen de Cristo. La obediencia es parte del proceso de santificación.
* Relación más íntima con Dios: "Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor" (Juan 15:10). La obediencia profundiza nuestra comunión con el Padre y el Hijo.
5. El Desafío de la Obediencia Diaria
La obediencia no es un evento de una sola vez; es un camino continuo. A veces será difícil. Requerirá sacrificio, negación de uno mismo y una fe constante en que los caminos de Dios son siempre los mejores. El pecado, nuestra carne y las tentaciones del mundo buscarán desviarnos de este camino.
Pero el Nuevo Testamento nos asegura que no estamos solos en esta lucha. El Espíritu Santo ha sido derramado sobre nosotros para capacitarnos y fortalecernos para obedecer. Él nos recuerda la Palabra, nos convence de pecado y nos guía a la verdad.
En conclusión, la obediencia en el Nuevo Testamento es mucho más que un deber; es una expresión de nuestro amor por Dios, un reflejo de la gracia que hemos recibido y un camino hacia una vida plena y bendecida. Que hoy, al reflexionar sobre estas verdades, renovemos nuestro compromiso de obedecer a nuestro Señor, no por obligación, sino por un corazón lleno de gratitud y amor.
Que Dios nos guíe y nos fortalezca para ser hacedores de su Palabra, viviendo cada día en obediencia que transforma.
Amén.

4 months ago | [YT] | 6

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HERMANOS QUERIDOS LES DESEO QUE SU SUEÑO SEA MUY GRATO EN ESTA NOCHE.. ES MI DESEO JULIÁN...

4 months ago | [YT] | 9

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Sermón: "No debemos inclinarnos ante las imágenes ni dirigir la oración a ellas"

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy nos reunimos para reflexionar sobre un tema fundamental que ha sido parte de la tradición cristiana desde los primeros días de la Iglesia: la adoración y la veneración de imágenes. Este sermón tiene como objetivo abordar la enseñanza bíblica sobre la correcta adoración a Dios y cómo debemos entender la prohibición de inclinarse ante imágenes o dirigir nuestra oración a ellas.

I. La Ley de Dios: No hay otro Dios fuera de Él

La Escritura comienza dejándonos claro que solo Dios es digno de nuestra adoración. En el Éxodo 20:3-6, cuando Dios dio los Diez Mandamientos, nos instruyó de manera rotunda:

> "No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas ni las honrarás; porque yo soy el Señor tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos."



Este mandamiento, dado a Israel en el Antiguo Testamento, es claro: no se debe hacer ninguna imagen para adorarla ni inclinarse ante ella. La razón detrás de este mandato es que Dios es espíritu y debe ser adorado en espíritu y en verdad (Juan 4:24). No podemos reducir al Creador, al que es infinito y eterno, a una imagen creada por manos humanas.

II. La historia de Israel y la idolatría

A lo largo de la historia de Israel, vemos cómo la inclinación hacia la idolatría y la veneración de imágenes fue un constante problema. Aunque Israel fue testigo de milagros poderosos, como la apertura del Mar Rojo y la provisión diaria del maná, muchos de ellos cayeron en la tentación de adorar imágenes. El episodio del becerro de oro en Éxodo 32 es un ejemplo claro:

> "Y vio el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, y se acercaron a Aarón y le dijeron: 'Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le ha acontecido.'" (Éxodo 32:1)



A pesar de las advertencias de Dios, el pueblo de Israel cayó en la idolatría, fabricando una imagen para adorarla como si fuera el Dios que los había liberado. Este acto fue un grave pecado, y como resultado, muchos sufrieron las consecuencias. Dios es celoso en Su santidad y exige que Su pueblo le adore de acuerdo con Su voluntad, no conforme a nuestras propias ideas o prácticas.

III. Jesucristo: El camino único hacia el Padre

En el Nuevo Testamento, encontramos que Jesús, el Hijo de Dios, vino al mundo no para ser representado por imágenes, sino para revelarnos a Dios mismo. Él es la imagen del Dios invisible (Colosenses 1:15), y nos mostró que la verdadera adoración es a través de Él, quien es el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6). Jesús nunca permitió que se le hicieran imágenes ni que lo adoraran de manera que no fuera en espíritu y en verdad.

En el evangelio de Mateo 4:10, cuando Jesús fue tentado por Satanás en el desierto, respondió:

> "Vete, Satanás, porque escrito está: 'Al Señor tu Dios adorarás, y a Él solo servirás.'"



Aquí vemos que Jesús rechaza cualquier forma de adoración que no sea dirigida exclusivamente a Dios. Si Él, siendo el Hijo de Dios, rechazó la adoración que no fuera dirigida a Dios el Padre, nosotros también debemos hacer lo mismo.

IV. La enseñanza de los apóstoles

Los apóstoles también fueron firmes en su rechazo a las imágenes y la idolatría. En el Hechos 14:14-15, cuando Pablo y Bernabé fueron confundidos con dioses por la gente de Listra, reaccionaron con gran indignación:

> "Al oír esto los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas y se lanzaron entre la multitud, gritando: '¡Hombres, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, y os anunciamos que os apartéis de estas vanidades, y os volváis al Dios vivo, que hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay.'"



Pablo y Bernabé rechazaron rotundamente ser adorados como si fueran dioses. Ellos sabían que solo el Dios vivo, el Creador del universo, merece nuestra adoración.

V. La enseñanza de la Iglesia primitiva

Los primeros cristianos entendieron bien este principio, y en las cartas de los apóstoles encontramos numerosas advertencias contra la idolatría. En 1 Corintios 10:14, Pablo dice:

> "Por lo tanto, amados míos, huid de la idolatría."



En 1 Juan 5:21, el apóstol Juan concluye su carta con una exhortación clara:

> "Hijitos, guardaos de los ídolos."



VI. La imagen de Dios y la verdadera adoración

La verdadera adoración, según la Biblia, no tiene que ver con imágenes físicas o estatuas, sino con la relación personal con Dios a través de Jesucristo. En Hebreos 10:19-22, el autor nos dice que tenemos acceso directo al Padre a través de la sangre de Jesús:

> "Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesús, por el camino nuevo y vivo que Él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certeza de fe."



En Cristo, ya no necesitamos imágenes para acercarnos a Dios. Él nos ha dado un camino vivo y verdadero para entrar en Su presencia. El Espíritu Santo habita en nosotros, y a través de Él, podemos adorar a Dios en espíritu y en verdad, sin la necesidad de representaciones físicas.

VII. Conclusión: Adoración pura

Hermanos y hermanas, debemos ser vigilantes y recordar que Dios es celoso y quiere nuestra adoración pura, sin desviarnos hacia la idolatría. No debemos inclinarnos ante imágenes ni dirigir nuestra oración a ellas, porque nuestro Dios es el Dios vivo, y solo a Él debemos adorar.

El apóstol Pablo nos exhorta en Romanos 12:1:

> "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional."



Este es el tipo de adoración que Dios espera de nosotros: un corazón rendido completamente a Él, sin intermediarios, sin imágenes, sin ídolos. Nuestra adoración debe ser genuina, dirigida únicamente a Él, y vivida a través de una vida transformada por Su gracia.

Les invito a reflexionar sobre este mensaje y a renovar nuestro compromiso de adorar a Dios en espíritu y en verdad, conforme a lo que nos enseña Su Santa Palabra.

Amén.

7 months ago | [YT] | 3

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Estudio Bíblico de Hechos 20:7 y la palabra sabátōn

Introducción: Confusión e Interpretaciones de Hechos 20:7

El pasaje de Hechos 20:7 ha sido objeto de diversas interpretaciones. Algunos afirman que este versículo indica que la iglesia primitiva adoptó el domingo como su día de culto regular, en lugar del sábado, basándose en la frase “el primer día de la semana”. Esta idea ha llevado a la conclusión de que el día de reposo fue cambiado para conmemorar la resurrección de Cristo.

Sin embargo, una revisión cuidadosa del contexto histórico y lingüístico revela una realidad diferente. La reunión mencionada en Hechos 20:7 comenzó en el sábado, día de reposo, y se extendió hasta el sábado por la noche, momento que ya era técnicamente el primer día de la semana según la forma judía de contar los días (de puesta de sol a puesta de sol).

El motivo de la reunión fue la prisa de Pablo por partir al día siguiente, no una práctica habitual de adoración dominical. Asimismo, la palabra sabátōn (σαββάτων), traducida como “semana”, ha generado confusión. Este estudio busca aclarar el contexto histórico del pasaje, el propósito de la reunión y el significado de sabátōn en el Nuevo Testamento.

1. Contexto Histórico del Pasaje

a. El viaje y la urgencia de Pablo

Pablo estaba finalizando su tercer viaje misionero y tenía prisa por llegar a Jerusalén antes del día de Pentecostés (Hechos 20:16). Al pasar por Troas, aprovechó al máximo su tiempo para fortalecer a los creyentes, sabiendo que probablemente no volvería a verlos (Hechos 20:25). Esto explica la larga reunión que comenzó desde el sábado y se extendió al anochecer del sábado pasando hasta la madrugada que ya sería primer día de la semana.

b. Costumbre de las reuniones cristianas

La iglesia primitiva, compuesta en su mayoría por judíos, continuaba reuniéndose los sábados para adorar y estudiar la Palabra. Sin embargo, en este caso particular, la reunión no fue motivada por una celebración dominical, sino por la urgencia de despedir a Pablo.

c. El sistema de cómputo del tiempo

En la tradición judía, el día comenzaba al atardecer. Por tanto, el primer día de la semana (domingo) empezaba al caer el sol del sábado. La reunión descrita en Hechos 20:7 ocurrió en la noche del sábado, ya técnicamente el domingo según el calendario judío.

2. La Razón de la Reunión Prolongada

La reunión fue extraordinaria por varias razones:
• Despedida de Pablo: Los creyentes querían aprovechar al máximo su tiempo con él antes de su partida.
• Enseñanza extensa: Pablo compartió una enseñanza prolongada para fortalecer a la iglesia.
• Partir el pan: Un acto de comunión que podía incluir la Cena del Señor, pero también reflejaba una simple comida fraternal.

3. Propósito de Pablo en este Pasaje

El propósito principal de Pablo era fortalecer la fe de los creyentes en Troas antes de partir. No buscaba instituir un nuevo día de adoración, sino aprovechar el tiempo con ellos para exhortarlos y edificarlos espiritualmente.

4. Análisis Etimológico de “sabátōn” (σαββάτων)

a. Origen y significado

La palabra griega sabátōn proviene del hebreo shabbat (שַׁבָּת), que significa “descanso” o “sábado”. En el Nuevo Testamento, sabátōn puede referirse tanto al día de reposo como a una semana completa.

b. Uso en Hechos 20:7

En este pasaje, la frase μίαν σαββάτων se traduce como “el primer día de la semana”. Literalmente significa “el primero de los sábados”, pero en el contexto griego y judío del Nuevo Testamento, denota el domingo. Sin embargo, el texto no implica que este día fuera un mandamiento o una práctica establecida de adoración.

c. Uso en otros pasajes del Nuevo Testamento
1. Para referirse al sábado:
• Mateo 12:1: “En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados en sábado…”
2. Para referirse a una semana completa:
• Lucas 18:12: “Ayuno dos veces por semana…”
3. Para referirse al domingo:
• Mateo 28:1: “Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana…”

5. Interpretación Correcta del Pasaje

a. No establece el domingo como día de culto regular

El pasaje de Hechos 20:7 no tiene la intención de instituir el domingo como un día regular de adoración. La reunión ocurrió en el sábado y se extendió hasta el “primer día de la semana” debido a la urgencia de la partida de Pablo, no como un cambio en la práctica habitual de adoración en sábado.

b. Una reunión excepcional

La extensión de la reunión hasta la madrugada se debió a la necesidad de aprovechar el tiempo con Pablo antes de su partida. Esto no implica una costumbre regular o un cambio en el día de reposo.

c. El partir el pan

Aunque se menciona el partir el pan, no hay evidencia de que esta reunión estuviera centrada en un acto formal de adoración dominical. Más bien, parece ser una reunión de comunión y despedida. Es más probable que el partí miento del pan se haya hecho como parte de su alimentación para prolongar la reunión.

Conclusión

El pasaje de Hechos 20:7 describe una reunión excepcional que comenzó el sábado y se extendió pasando por el anochecer del sábado y se prolongó hasta la madrugada del domingo debido a la urgencia de la partida de Pablo. No se debe interpretar como un mandato para observar el domingo como día de reposo o de adoración. Más bien, destaca la importancia de aprovechar las oportunidades para fortalecer la fe y edificar a la iglesia en momentos clave. El análisis etimológico de sabátōn y su uso en el Nuevo Testamento confirma que este pasaje no establece un cambio en el día de reposo, sino que refleja una reunión especial en circunstancias únicas. La observancia del sábado como día de reposo se extendió hasta el siglo IV cuando el emperador Constantino en el año 321 DC decidió modificar el día de reposo de sábado a Domingo. Está claro que no fue por mandato divino ni apostólico sino un mandato imperial de roma. Pedro dijo. Es menester obedecer a Dios antes que a los hombres.

¡Dios les bendiga hermanos.!

José M Suazo
Escritor y profesor de teología

10 months ago | [YT] | 2

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En paz me acostaré y asimismo dormiré porque sólo tú Elohim me haces vivir confiado..

11 months ago (edited) | [YT] | 2