Las industrias culturales secretan esporas capaces de inducir paranóicas relaciones entre las imágenes y la psique humana. El espectador pasivo expuesto a este tipo de radiación catódica sin la protección óptica adecuada puede sucumbir a metamorfosis víricas de la carne y la conciencia. Por eso, la Doctrina Conceptual es un conjunto de principios, perspectivas y alucinaciones capaces de catalizar sus más potentes efectos. Soy LORD, el arcanista: "Nada es verdad, todo está permitido".