Astor Piazzolla es considerado uno de los músicos más importantes del siglo XX. Si bien su revolución musical nace e incide de manera fundamental en el interior del tango, las características singulares de su obra despliegan su influencia sobre la música clásica y el jazz.
Su doble condición de compositor y bandoneonista, constituye un rasgo que se distribuye en dos vertientes de su obra, estilísticamente indisociables: la numerosa obra construida a partir de sus conjuntos y por otro lado la música que puede denominarse obra académica.
Se han procurado analogías con el afán de ubicarlo en el panorama mundial de la música: ‘Piazzolla como el Gershwin del tango’. Toda analogía se vuelve insuficiente, el estatuto de Piazzolla en el panorama es resueltamente incomparable, no sólo por engendrar una música que inventa una franja única entre lo popular y lo clásico, sin eclecticismo ni fusión, sino porque crea una dimensión sensible prácticamente inconcebible en la música contemporánea.